Ford reduce sus planes de vehículos eléctricos y absorbe una pérdida de 19.500 millones de dólares

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Ford Motor anunció el lunes un cambio significativo en su estrategia, haciendo retroceder sus ambiciosos objetivos de producción de vehículos eléctricos (EV) y absorbiendo como resultado un impacto financiero de 19.500 millones de dólares. La medida señala una reevaluación más amplia de la industria de la transición a los vehículos eléctricos, impulsada por la demanda fluctuante, las políticas gubernamentales cambiantes y la viabilidad continua de los motores de combustión tradicionales.

Demanda sobreestimada y cambios de políticas impulsan el cambio

La decisión de Ford reconoce un error de cálculo al predecir la adopción de vehículos eléctricos por parte de los consumidores. La demanda no se ha materializado tan rápido como se esperaba, mientras que los vehículos con motor de combustión interna (ICE) y los híbridos siguen siendo populares. Este no es un caso aislado; General Motors y Stellantis han ajustado recientemente sus cronogramas de vehículos eléctricos, priorizando de manera similar la producción híbrida y de motores de combustión interna.

La reversión también coincide con cambios de política bajo la actual administración estadounidense. Se han reducido los incentivos federales para los vehículos eléctricos y se están flexibilizando los estándares de economía de combustible, lo que disminuye la presión sobre los fabricantes de automóviles para acelerar el desarrollo de los vehículos eléctricos. Esto crea un entorno de mercado en el que los vehículos ICE siguen siendo competitivos.

Realineación de fábricas: empleos y cambios de producción

La reestructuración afectará a múltiples instalaciones de Ford. Una fábrica de camionetas eléctricas planificada en Tennessee ahora producirá un modelo a gasolina. Los programas de furgonetas comerciales eléctricas se cancelan en favor de alternativas híbridas y de gasolina en Ohio. Incluso la F-150 Lightning, la camioneta eléctrica insignia de Ford, se someterá a un rediseño: incorporará un generador alimentado por gasolina para ampliar la autonomía y aliviar la “ansiedad por la autonomía”. La producción del Lightning ya se detuvo en octubre.

Los ejecutivos afirman que los ajustes en última instancia crearán miles de puestos de trabajo, aunque la distribución exacta y el impacto en los roles existentes centrados en los vehículos eléctricos siguen sin estar claros.

La tendencia más amplia: ¿una pausa, no una retirada?

Las acciones de Ford reflejan una tendencia más amplia de la industria de recalibrar los cronogramas de los vehículos eléctricos. Si bien el cambio a largo plazo hacia la electrificación sigue siendo inevitable, las condiciones actuales del mercado y los marcos regulatorios han obligado a los fabricantes de automóviles a adaptarse. La pregunta ahora es si se trata de una pausa temporal para perfeccionar las estrategias o de una reevaluación más fundamental del ritmo de adopción de los vehículos eléctricos.

El golpe financiero que está sufriendo Ford subraya las complejidades de la transición a los vehículos eléctricos. A pesar de los objetivos a largo plazo, los fabricantes de automóviles deben responder a las realidades inmediatas del mercado y a las preferencias de los consumidores, incluso si eso significa absorber costos significativos.